¡Poesias Genalguacil!
Cuesta de lo rozado
En la cuesta de lo rozado,
olvidada y desolada,
se desvanecen los ecos de una época añorada.
Camino de antaño,
testigo de mil pasos firmes,
conectando Genalguacil con fincas y confines.
Desde La Casilla al Molino de Godoy,
un sendero de historia y encanto en su coy.
El Peral, el Majolillo y la Máquina,
nombres susurrados por el viento que fascina.
La senda quebrada en la bruma del tiempo,
una vez transitada por muchos, hoy no es igualmente.
La Alharia, en su belleza antigua y olvidada,
llora en silencio su gloria pasada.
Donde antes hubo bullicio y alegría,
ahora solo reina la melancolía.
Las bodegas y El Soto, vestigios silenciosos,
susurran al viento cuentos inconclusos y latentes.
La cuesta de lo rozado, camino abandonado,
como un testigo mudo del paso del pasado.
Pero aún en su soledad, guarda secretos ocultos,
esperando ser descubiertos por nuevos tributos.
Que vuelvan a poblar sus lares con paso sereno,
y devuelvan a este camino su esplendor pleno.
Que Genalguacil y sus fincas vuelvan a brillar,
con la vida que en su olvido empezó a faltar.
La cuesta de lo rozado espera ser redescubierta,
por aquellos que anhelen su belleza despierta.
Y así, entre sus piedras y susurros serenos,
renazca el alma de un sendero en plenos.
Que su historia se entrelace con el presente,
y la cuesta de lo rozado encuentre su rumbo perdido.
Que vuelva a ser transitada por aquellos con coraje,
y así, el sendero vuelva a ser un nuevo viaje.

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